Nacemos provistos de la capacidad de emocionarnos, de dar respuesta a lo que nos rodea.
Nuestras emociones nos ofrecen una rica información sobre cual está siendo nuestra experiencia presente. Así pues, no tiene sentido afirmar que existen emociones buenas o malas.Todas y cada una de ellas cumplen su función específica, y en su conjunto tienen la misión de mantenerte a salvo.
El amor propio no tiene que ver con el ego inflado, sino con sentimiento genuino de gratitud por el simple hecho de existir. Es desde la dignidad y no desde el orgullo que uno se aprecia y se valora, como ser auténtico y único, no comparable con nada ni con nadie mas que consigo mismo en diferentes espacios -tiempos.